MDLB III: PODEROSAS BALADAS

No tenía pensado escribir hoy aquí, pero cuando la mierda de la buena llama a tu puerta lo último que debes hacer es ignorarla.

Pese a mi elegancia innata y mi gusto exquisitamente educado a lo largo de más de dos décadas, siento confesaros un vicio inconfesable, o como se dice ahora un guilty pleasure de lo más hortera. Y es que a veces, cuando trasnocho, no me quedo leyendo hasta las tantas a Sartre con una copa de vino en la mano, ni escuchando la Patética de Tchaikovski en mi tocadiscos. Lo que hago (después de deciros esto, nadie nunca me va a querer vender unas gafas de pasta) es...¡ver videoclips en youtube de baladas rock de los 80!

He de advertiros que al principio es un poco complicado diferenciar a unos grupos de otros (Poison, Skid Row, White Lion, Danger Danger, etc.), porque todos suenan prácticamente igual y sus cantantes parecen salidos de una cadena de montaje: jovencitos con cara de niña y una larga melena rubia (ahora ya, ni jovencitos, ni melenudos) cubiertos de lentejuelas, sudando cocaína.
Uhhmm... aquí sobra alguien...¿pero quién?

Lo cierto es que de esta foto la que mejor envejeció fue Bibiana Fernández, el resto siguieron los pasos de Axl Rose: engordaron y se compraron sombreros de cowboy para sus greñosas calvas a lo Santiago Segura (¡Con lo fácil y barato que es ir a la peluquería! y así de paso dejas de parecer un proxeneta).

Incluso la infanta Elena en sus años mozos se sumó a esta corriente y fundó una banda de glam rock que más de uno conocerá, Bad English. El nombre viene de que, como todos sabemos, en la Casa Real no se hablaba español, sino que los miembros de la antigua familia real se comunicaban entre ellos en inglés, porque eran gente muy preparada. ¿No me creéis? Yo puedo mentiros, pero las imágenes no*.

*Es una dramatización, el verdadero cantante de Bad English era John, Waite. La infanta Elena no tuvo ningún grupo de glam rock, que sepamos. Así que no me multen, ni me abran antecedentes, por favor, que quiero ser funcionaria.
La mayor aportación de esta gente son las letras de sus canciones de amor, que ensombrecen a Petrarca o, mejor aún, al mismísimo Julio Iglesias. Claro que los millennials como estamos de vuelta de todo y somos jóvenes atormentados que, entre los vapores del Jägermaister, despreciamos el amor romántico nos meamos en ellas. Pues siento deciros que estos chicuelos le dan sopas con honda a más de uno,  porque los jodidos después de recitar versos tan naif y empalagosos como:

When I see you smile, I can face the world  (cuando te veo sonreir, puedo enfrentarme al mundo)

Forever, this time i know (Para siempre, esta vez lo sé)

and theres no doubt in my mind (y no tengo dudas)
forever, until my life is through (para siempre, hasta que mi vida se acabe)
girl, ill be loving you forever (chica, te amaré siempre)


Remember yesterday - walking hand in hand (recuerda el ayer, caminando de la mano)

Love letters in the sand - I remember you (cartas de amor en la arena, te recuerdo)
Through the sleepless nights and every endless day (a través de las noches sin dormir, y cada día interminable)
I'd wanna hear you say - I remember you (quiero oirte decir, te recuerdo)


cogían, se bajaban del escenario y, como insinúan muchos de sus videoclips, se follaban a todo bicho viviente.

Estas canciones llevan treinta años cumpliendo una función valiosísima: exorcizar a la gente de mal de amores. Es como una sangría -o flebotomía, que queda más fisno- pero por los ojos. Tú estás con mal de amores, escuchas esto y te conviertes en un despojo de lágrimas, babas y mocos. Lo echas todo y hala, como diría el difunto Pepe Sancho: ¡A MAMARLA! , te renuevas. ¿Sabéis la cantidad de antidepresivos que nos ahorramos gracias a esto? Yo el día de mañana pienso recetarlo.
Y si la canción no es suficiente para consolarte, al menos piensa que podrías estar peor:¡¡podrías estar escribiendo tus miserias en los comentarios del vídeo!! Otro día profundizaremos sobre este tragicómico asunto.


Pero a parte de adolescentes y jóvenes con el corazón partío, si te fijas en el público de los multitudinarios conciertos, salta a la vista algo: no hay un solo negro. Elegid el vídeo de Poison actuando que queráis, y si encontráis un negro en el público os invito a un café**. Es todo white trash del medio oeste americano, lo que lo hace todavía más encantador si cabe.
(**Promoción válida hasta fin de existencias)

Hasta aquí mi digresión dominical sobre las power ballads.

P.D. Es probable que por exigencias del guión desaparezca unos meses, nos veremos de nuevo como muy tarde en Febrero (puede que antes, puede que después). Hasta entonces, paz, amor, sexo, drogas y rock´n roll.


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